Nutrir(se)

Aceptar que puedes perder nada para aspirar a todo. Esta frase, se me quedó grabada al leerla. En ese momento recuerdo que pensé «estar dispuesta a estar sola», sólo resonaba eso en mi cabeza. Seguramente, porque era lo que más deseaba pero a la vez lo que más temía. ¿Cómo se entiende?

Mi idea de la soledad, va más enfocada a aprender a convivir con unx mismx, profundizar en conocerte mejor, lo que deshechas, lo que valoras… al fin y al cabo, con quien estás la mayoría del tiempo es contigx mismx.

Leía a Pablo Arribas, en su libro «Vive de forma que te duela marcharte» su experiencia con una pócima en Bali, de un viejo chamán. Bien, pues yo quiero esa pócima! Quiero experimentar ese viaje de «mirarte fijamente a los ojos y verte reflejadx», ver a la persona que tienes delante totalmente «desnuda», con sus heridas abiertas para poder abrazarlas, sanarlas y transformarlas en aprendizaje o, simplemente dejarlas en experiencias que te han pasado, quien fuiste.

Voy con todo, a full, apuesto por mí (y no, no es en plan egocentrismo), por el amor que hay en este mundo, por encima nuestro, por la VIDA (recuerda, estamos de prestado y somos motas de polvo en un universo infinito), por la pasión y la autenticidad. Que me encontraré rechazo, decepción y desamores… cuento con ello, pero no por esto voy a dejar de vivir la vida que me dé la gana, soltar, saltar, siendo amorosa, ingenua a veces, confiando en que todo estará bien y siendo tú quien escoge cómo sentirse ante cada situación (no los demás). NANKURUNAISA.

Cuando en el anterior post hacía referencia a la expresión «sentirme libre de ser yo misma» lo hacía con la conciencia puesta en mi entorno. Habrá personas de mi círculo que puedan estar o no de acuerdo con mis decisiones, habrán otras que juzgarán o intentarán sugerir que no vayas por un camino determinado porque no es el correcto o el que te conviene. La diferencia entre estos dos tipos, está en que los primeros, tomes la decisión que tomes, van acompañarte, aciertes o no, desde el corazón, sin juzgar y ofreciéndote lo mejor que tienen, su amor y empatía. Rodearte de este tipo de personas, te acaba nutriendo como persona así como a tu entorno, provocando que te sientas libre de ser como eres con ellxs.

Los segundos, probablemente no vayan con intención de hacer daño, pero en el momento que emiten un juicio lo hacen desde sus creencias y «su vida», desde el sufrimiento quizás… tómalos en cuenta, para coger distancia y ver con perspectiva «desde dónde» están hablando. Eso sí, no dejes que esos comentarios u opiniones mermen lo que realmente deseas.

Me siento afortunada y agradecida por todo lo que tengo, cada vez me hace falta menos para vivir en paz conmigo. Gracias a la preparación para el Camino, he podido conectar con una parte de mí que estaba agazapada, y esa parte ha conectado directamente con la natura. De hecho, reconozco, que si salgo de ruta por la montaña prefiero ir a primerísima hora (si si, a esa hora en la que seguramente tú estés durmiendo) para no encontrarme con nadie. Me invade un sentimiento de agobio cuando empiezo a cruzarme con tanta gente: unos en bici, otros de ruta como una servidora, los domingueros, los runners… ya sé que hay de todo y que es de todos, por eso sólo me siento en paz cuando me cruzo con el mínimo de gente, cuando estoy a solas o con mi perra en plena montaña.

Quizás ese sentimiento de agobio venga por el comportamiento de la gente, de no respetar, sea la natura o cualquier otro ambiente, por sentirse dueñx de todo, como si nos perteneciera algo… Será por eso que evito las aglomeraciones, me crea malestar interior.

El Camino es un gran reto para mí, 306 km, con una mochila y un sendero que seguir. Me sorprende cuando alguien te pregunta: «y vas a ir sola?» Por supuesto! Respondo muy firme. No sé si se trata de valentía o simplemente de seguir tu corazón, lo que te pide. No me considero miedosa (excepto por las avispas!), obvio que me crea cierta incertidumbre, claro, y ahí es donde reside la cuestión. En que dejo de controlar algo para dejarme llevar. Estoy muy abierta a conocer gente nueva durante mi experiencia y con muchas historias detrás. Nutrirte de esto también aporta una visión más amplia del mundo, de la gente, de nosotros.

Nútrete, déjate fluir y siente. Últimamente este es mi mantra.

Aquí la canción de este post.

Un abrazo.

Deja tu comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.